domingo, 20 de enero de 2008

Spallanzani, Lazzaro (1729-1799)

Nació en Scandiano, cerca de Reggio (Italia), en 1729. Fue nombrado profesor de física y matemática en la Universidad de Reggio, en 1757, y sucesivamente de lógica, griego y metafísica en Modena y de ciencias naturales en Pavia, ciudad donde murió en 1799.
Gracias a sus investigaciones le dieron el nombre de "biólogo de biólogos". Era una persona de múltiples intereses científicos que investigó: el origen de la vida, la regeneración tisular, la respiración y otras funciones del ser humano.
Le apasionó el problema de la regeneración tisular espontánea de partes del cuerpo de anfibios y de reptiles aunque no pudo llegar a conclusiones satisfactorias, sobre todo no pudo explicar el por qué no sucedía lo mismo en el humano y en otros animales.
Spallanzani también demostró que no existe la generación espontánea de la vida, abriendo camino a las teorías de Pasteur. En 1769, tras rechazar la teoría de la generación espontánea, Spallanzani diseñó experimentos para refutar los realizados por el sacerdote católico inglés John Turberville Needham, que había calentado y seguidamente sellado caldo de carne en diversos recipientes; dado que se habían encontrado microorganismos en el caldo tras abrir los recipientes, Needham creía que esto demostraba que la vida surge de la materia no viviente. No obstante, prolongando el periodo de calentamiento y sellando con más cuidado los recipientes, Spallanzani pudo demostrar que dichos caldos no generaban microorganismos mientras los recipientes estuvieran sellados. La disputa entre Needham y Spallanzani fue larga y enconada, pues el inglés afirmaba que las cocciones del italiano destruían el espíritu vital y Spallanzani demostró que lo único que la cocción destruía era las esporas de las bacterias, no un principio de vida de índole místico.
Spallanzi también trabajó en la inseminación artificial y la demostró llevándola a la práctica en un experimento realizado con un par de perros: inyectó con una jeringa espermatozoides a una perra y esta quedó preñada. Al mismo tiempo y gracias a este experimento se demostró la importancia del espermatozoide en el proceso de la fecundación.
Autor del trabajo: Vila Serrano, Sara.